A todos aquellos para quienes la melodía más sencilla es una fuente inefable de belleza y placer duradero.La vida pasa, el cuerpo y el alma se desvanecen como las olas. Los años dejan su huella en la carne del Árbol que envejece.El mundo entero de las formas se gasta y se renueva.
Tú sola, Música inmortal, no pasas. Tu eres el mar interior, tu eres el alma profunda. En tus claras pupilas no se refleja el rostro melancólico de la Vida.Como un rebaño de nubes se aleja de ti el cortejo de los días ardientes, helados, febriles, fugitivos, que ahuyenta la inquietud.Solo tú no pasas, Estás fuera del Mundo, constituyes por ti sola un Mundo. Tú tienes tu Sol ,tus leyes , tu flujo y tu reflujo.Posees la paz de las estrellas que trazan en el campo de los espacios nocturnos su rasgo luminoso, arados de plata conducidos por la mano segura del labrador invisible.Música; Virgen madre que llevas en tus entrañas inmaculadas todas las pasiones.Quien se refugia en ti vive al margen de los Siglos; la sucesión de los días no será para él, más que un día infinito,y la Muerte que todo lo muerde, se romperá los dientes.Música que acunaste mi alma adolorida, haciéndola firme, tranquila y alegre al inundarla de Amor y de Bondad,quiero besar tu boca pura, esconder mi rostro en tu cabellera de miel, apoyar mis pupilas abrasadas en la dulce palma de tu mano.Cuando cierro los ojos y nos callamos, veo la luz inefable de tus ojos, bebo la sonrisa de tus labios mudos, y acurrucado sobre tu corazón escucho, el palpitar de la vida eterna.
Romain Rolland
JOHANNES BRAHMS (1833-1897) Concierto #1 en Re menor Op. 15. Pianista: Rodolfo Ritter
Béla Bartok Concierto 3 para piano y orquesta. Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí. Director, José Miramontes Zapata.
Allegreto
Manuel M. Ponce. Estudio en tiempo de vals.